11.6.15

5. The game OFF/ON love

Una de las páginas webs de citas, le comunica que en esos mismos momentos, Lucía está siendo una de las más visitadas.
- ¿En serio? ¡Wow! he subido como la espuma.
En otras webs, también aparecen las primeras evidencias de coqueteo, éstas llegan en forma de corazones, flechazos, mensajes y demás. No deja que toda esa novedad  le suba a la cabeza, solo se cuestiona si son perfiles falsos, si nada es real, pero prefiere dejarse llevar por un positivo "y si... " y les sigue el juego por el juego mismo.

The game OFF/ON love

Se centra en los que realmente le atraen físicamente. Se da cuenta, que en aquellas webs dónde tenía que rellenar mucha información para que la búsqueda fuera más acertada, al final no han dado en el clavo. Las propuestas que le ofrecen, no le gustan nada, así que se deja llevar por el random y por la atracción física, pura y dura.

Ya han pasado algunos y ha aprendido que no todo lo que reluce es oro, algunos de los chicos con los que quiere chatear y mandar mensajes privados, no puede hacerlo sin antes abrirse una cuenta de pago.
- ¡WTF! Con lo interesante que parecía su perfil y lo atractivo que es ¿por qué?!!
A sabiendas de que comunicarse con estos es imposible, con algunos de ellos, a lo platónico, continúan mandándose flechazos. Algo desilusionada por este redescubrimiento, no se quiere dejar llevar por una idea que le empieza a rondar por la cabeza: ¿Qué hace una chica cómo yo, en un lugar como este?

Lucía no pretende perder el tiempo con tanto chat y, con los chicos que le crean curiosidad y la conversación es fluida, se intercambian los números de teléfono. Mucho mejor, ya que ha descubierto que algunas webs tienen algunos problemillas con la fluidez de los mensajes privados. Algunas veces o tardan mucho, o bien, se saltan trozos de texto que solo consigues leer hasta que ha pasado un tiempo y, mientras tanto, la conversación entre el futurible algo y tú, es bastante... abstracta. Le parece todo bastante absurdo, pero no desiste en su objetivo y se instala app para móvil y, de pronto, se pone en modo horóscopo chino: "Si te gusta algo, no pierdas el tiempo, ve a por ello". Se sorprende. Está dando me gustas, flechazos y besos encantados, con y sin musiquilla, a chicos que posiblemente ni por la calle se hubiera fijado en ellos.

Uno de sus candidatos - nunca había tenido una lista tan larga. ¡Lo que hace la tecnología! - le dice de verse mañana por la noche. Su amiga Sara, le aconseja cambiar la hora del encuentro (... que por la noche, todos los gatos parecen pardos Lucíaaaa). Pero Lucía, hace oídos sordos y sigue adelante.
El chico se define como un dandi. Ese concepto de vivir la vida, junto con sus conversaciones de hace una hora, son suficientemente argumentos interesantes para una primera cita.

Al día siguiente le cuenta a su amiga, entre risas su primera experiencia en la jungla online:
De dandi solo cumplía la definición por la vestimenta, pero ni siquiera te creas que al cien por cien. Su manera de ser, tan altivo y prepotente con todo el mundo, aunque con ella no, le dejó mucho que desear. Y toda la lívido inicial, se quedó en la nada.

De dos cosas sí que se arrepinte Lucía. Una fue el no haber descubierto con otro tipo de conversación su carácter. Debería haber analizado mucho mejor nuestras conversaciones... Y, por otro lado, falló en no haber sido más lanzada y haberle pedido más fotografías, al menos alguna sonriendo.

Para su sorpresa, la cita había sido bastante nefasta, el dandi la escribió al día siguiente.